sábado, abril 16, 2011

Especulaciones III

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Latitudes y longitudes

tu don de imaginar se apodero de todas tus facultades
un espontaneo exorcismo te resucita en una pista de baile

un puñado de tragos y versos en el alféizar de adentro
efectivamente, esa soy yo -te decís- 
embriagada de luz y sombra, frente al espejo

con una inmaculada sonrisa de acero malicioso
luciendo unos dientes de nácar perlado, que brillan hasta por no dejar
mas detrás de la aparente quietud

una honda tempestad de misteriosos pulsos te inquieta


veo unas manos de mujer en un cuello que anhela caricias
roces que tu cuerpo aún los saborea
y algo de pop art, uva y lomo de salmón ahumado
en la casita de un residencial barrido por un viento almizclado
que orea tus tiempos más abstractos, cansados, envejecidos


otra vez su voz oficiosa pidiendo satisfacer reñidos deseos
¿y qué sabéis tú de surcos luminosos, qué puedan llamarse plenitud y más?
ignoro en que latitud se encuentra, ni de donde proceden
esas imperceptibles ondulaciones de tu vientre

¿de donde hurtáis la claridad de todos tus días?
no lo recordáis o prefieres tu esplendor original
o quizá no lo sabéis, esa noche estabas vestida de incógnito.


me viste aparecer y creíste que éramos tú y yo, y él…
y él ¿o había alguien más? -me dijo con voz seductora-
una gran ecuanimidad serpentea en el ambiente
y su piel recobra los colores difuminados del crepúsculo

en algún momento de poco relieve
viste pasar al guasón, ágil, puro, fresco
disfrazado de alguna sustancia o careta nueva
algún roce merodeando 
entre quién sabe qué latitudes y longitudes

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Especulaciones II

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Make up

Te has mirado en el espejo de arriba abajo y no te sientes bien
sin vanas ilusiones te has mirado desde todos los ángulos y nada
no hallas el acomodo ni el modo de que la imagen te satisfaga
y es que la verdad dura es que no crees en eso de sentirte bien

al menos delante de él, ¡no!
no le crees nada, pero nada, ¿porqué creerle?
al fin y al cabo ella es una copia de ella
o mejor otra mirándose en el vacío de un ícono

la idea de una idea es voz de una voz
vértigo de un germen oscuro
confinado en la esencia de mi placidez

hay grietas, arrugas, pliegues, poros, odiosas irregularidades
no sabes si aplicar más maquillaje, o dejar todo natural
abres la cajita que dice: make up y la vuelves a cerrar

la del otro lado de la luna me interpela
-mujer, en teoría eres igual a mí
-¡no! ya basta, eres solo una miserable sátira

yo me voy a mi ámbito, me desvanezco 
y la dejo consigo misma
su mano es pequeña, esponjada
de piel fina pero temblorosa

con un fino temblor nervioso por el que deja entrever
que es presa de cierta ambigua ansiedad
recuerdos de deleites lejanos
rebeldes olvidos
matices harapientos de cambios profundos

débilmente se sostiene 
en su vastedad de corazón complacido 
busca el impulso de la lascivia matutina
de los goces crepusculares que le vigorizan
con una dulce embriaguez de infierno

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