miércoles, abril 27, 2011

La memoria del Aleph

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¿Por qué se nos malgasta la pascua sin detenernos en el amor?

no quiero deleites entristecidos
ni la magia penetrante del falso placer, esa imitación facsímil
que trasluce deliciosas armonías infernales

por todos lados se ve lo sombrío del lucro
escamoteador y relumbrante más nada pulcro
bien oscurecido en su desolación... gritos, jolgorio, ruido
por todas partes

explosión, frenesí, liviandad
“la cifra, la clave y el misterio” 
de Babel a Babilonia en ríos de risas

vitalidad fragmentada
dulzura de dolores solitarios
maléfica potencia
en infinita variación deslumbradora

todo en sí es un “código” un lenguaje cifrado
del que sólo tú tienes la palabra de pase para desplegar la interfaz
que deja ver los esplendores de adentro y de afuera

el vínculo está latente
como un púlsar solitario en los confines del universo
el cual se inflama maravillosamente en tu enjambre de soledades

todo está en potencia
enroscado, relajado,
desensamblado dentro del cubo. Y el cubo dentro de las esferas de su influencia

y es preciso interactuar
resonar, vibrar. (expandirse y contraerse... repeler y atraer)

las cuatro posiciones, cruzando de lado a lado, en diagonal
cara a cara se abrazan, intercambian miradas percutoras, desencadenantes, críticas, velando y revelando misteriosos secretos.

pero la cosa por momentos se nos sale de las manos y dejamos de ser humanos
el miedo ese feroz neurotransmisor atacando el cíngulo, rebotando, cayendo, paralizando…
robotizándonos, para explotar o ser explotados.

hasta que la memoria del Aleph, el verdadero yo
desentierre su secreto y descifre el enigma de los entes
Alhami, mi buen amigo, su destino parece casi cumplido
sólo puedo pensar en todo lo que me enseñó en aquellas tinieblas malolientes


Gracias querida pluma por hacerme pensar con tu exquisito comentario
estás elucubraciones dislocadas de mi hipocampo.
para mí, es preciosa la cita de Alhamí

niebla y corona... sueños y pesadillas
dos aspectos vitales de antiguas ternuras nunca olvidadas
porque en la hora en que todo traqueteaba y me estremecía
él vino y me sacó del vértigo del abismo
y yo amo la gracia de su afecto para la hija de la noche

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