lunes, julio 31, 2006

Una cultura de Paz I

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Cadaaver de niño victima


Pensar en una cultura de paz nos lleva a esta pregunta toral: ¿Cual es nuestro papel como promotores de paz, ante los lideres de hoy?

¿Cuál es la responsabilidad nuestra ante los actuales líderes del mundo en el establecimiento de una Cultura de Paz?

"Es lamentable los pocos, por no decir nulos logros que, en materia de paz los líderes del mundo, tanto en lo político, económico, social y religioso, han conseguido para dar estabilidad a las relaciones entre personas pueblos y naciones. En realidad lo que han conseguido son tremendos fracasos. Ustedes, “señores líderes”, han creído que han hecho avanzar el bienestar humano y el desarrollo social en cada una de sus áreas de acción mediante una dedicación excepcional, pero están rotundamente equivocados. Es realmente vergonzoso los resultados de sus gestiones como dirigentes. Y por supuesto si no reflexionan, si no escuchan el creciente clamor de la gente que sufre los efectos de la guerra, de la violencia y la miseria, van a continuar aportando contribuciones de desesperación, de resentimientos y de fracasos aún mayores, cuya explosividad terminará por salírseles de las manos.

No obstante la relativa seguridad que creen vivir las grandes potencias, amparadas en sus grandes capitales, su imperialismo económico y militar, pese a esa falsa aureola de tranquilidad que les circunda, la humanidad más que nunca enfrenta ahora un grave peligro. No serán suficientes las soluciones provenientes de ningún área específica. Una nueva era cósmica se ha iniciado y exige cambios sustanciales en las relaciones humanas a un nivel profundo y estructural. Como seres humanos y como líderes, ustedes deberían convertirse en la conciencia de la época. Y deberían dirigir poniendo atención al capital humano, a los valores verdaderos, al respeto de los derechos inalienables y, presentando proyectos educativos que sean ejemplos para orientar y crear familias verdaderas, que constituyen los requisitos esenciales y la base fundamental de un mundo pacífico".

No podemos seguir confiando en estos líderes, no podemos continuar de brazos cruzados, tenemos que ser nosotras las más debiles, las más frágiles físicamete las que tomemos cartas en el asunto, y empecemos a transforamarnos, a alzar la voz de la conciencia para conseguir la fuerza que necesitamos ante estos retos descomunales.


"Se necesita un ciudadano pacifico y una familia en unidad y armonía, antes de que podemos tener una nación pacífica antes que pueda haber un mundo en paz. La condición previa a la paz de la nación es la paz en la familia. El poder, la riqueza y el saber, que la gente mundana corrientemente desea, puede ocurrir que no sea la condición necesaria y suficiente para la paz y la felicidad. La verdadera felicidad no es proporcional a cuánta propiedad poseamos o al grado externo de comodidad material. Podemos alcanzar la paz y la felicidad verdaderas sólo cuando tales cosas vayan acompañadas por un amor genuino, fundamentado en valores legítimos y verdaderos".

"En otras palabras, si ustedes disponen de todos los elementos accesorios y disfrutan de un amor verdadero, así pueden esperar una larga paz para crear vida en abundancia. La paz genuina y la felicidad infinita sólo pueden ser logradas cuando servimos a los demás con amor verdadero, y cuando ese amor es correspondido". Entonces hay vida en abundancia.

Apreciadas amigas y amigos, ¿Qué puede ser más urgente que rescatar a la humanidad de su camino a la destrucción global junto a la destrucción familiar? Les urjo a todos ustedes para que, por el bien de la paz del mundo, participen activamente en presionar a sus lideres en el ámbito político, económico, social y religioso, a que se hagan receptivos al clamor de sus pueblos, que sean responsables y miren la debacle que se les avecina. Los insto a que levanten los valores verdaderos de la vida y el amor para crear conciencia propia que unidas a otras se traduzca en conciencia mundial del peligro que nos amenaza y de que la única solución es enfrentar esa amenaza con un cambio drástico en nuestras actitudes personales hacia los valores colectivos e individúales que nos hagan ser constructores de familias verdaderas para conseguir hijos verdaderos...

Como dice el misionero Alahim, hay una nueva Era que ya ha dado comienzo con grandes dolores de parto que aún no han llegado a su culmen pero que tarde o temprano lo hará para desembocar en un nuevo mundo, el mundo de NESCHAMAH o mundo donde el espíritu predomine sobre la materia. Inauguramos un nuevo milenio, y hay algunas personas que creen que con la inauguración de un nuevo milenio se produce un cambio de paradigma. Yo creo que este cambio de paradigma se vincula con la conclusión del último período de 40 años que comenzó en 1960 con la revolución sexual y con el triunfo del humanismo secular y del relativismo moral. En realidad los últimos 40 años constituyen un sumario de los últimos 200 años, el legado de la Revolución Francesa. La Revolución Francesa dejó cosas muy buenas, pero a la vez dejó también cosas muy malas como las semillas de conflicto y la confusión en los valores.

Durante los últimos 40 años, hemos visto al relativismo moral reemplazando a los valores tradicionales, a las creencias, criterios y virtudes tradicionales. La semilla del relativismo moral encontró tierra fértil en el medio académico estadounidense y europeos y se apoderó de centros de pensamiento y de opinión, por ejemplo en el caso de los Estados Unidos -- el New York Times, el New York Review of Books, the Washington Post, revistas y publicaciones, tantos serias como de baja calidad, la televisión, los espectáculos de entretenimiento de Hollywood, la literatura, la ficción, etc.
Durante los últimos 40 años no puede encontrarse ninguna revista o publicación periódica de prestigio intelectual que trate el tema de Dios y la religión de una manera respetuosa y seria. Si ha habido un reconocimiento, fue para desacreditarlo, para sembrar semillas de duda, para magnificar los errores de los líderes religiosos, historia religiosa y las vidas privadas de los líderes religiosos Cristianos.

Al rescate de la Cultura de Vida para llegar a la cultura de la paz.

La responsabilidad de los que tienen liderazgo en todos los ámbitos y cuya influencia social tanto a nivel nacional como a nivel mundial es actualmente de carácter mayúsculo para lograr el rescate de la cultura de vida. Necesitamos reconstruir una vez más la cultura de vida, sustituyendo a la cultura de muerte que ha estado impregnando a toda la sociedad, y que proviene del mundo moderno, centrado en los EE.UU. --mediante los satélites de comunicaciones y la Internet que circunvalan límites y fronteras-- están invadiendo las principales esferas religiosas con una cultura de muerte y decadencia moral. En realidad, existe un intento de "americanizar" al mundo entero, pero es una cultura estadounidense diferente y con valores distintos que los expuestos por los Padres Fundadores de la Unión americana. Estos valores tradicionales han sido negados por los profetas seculares del pensamiento estadounidense de hoy día, los creadores de la "democrática" cultura popular. Así es que los intemporales valores del Cristianismo, el Judaismo, el Hinduismo, el Budismo y toda la herencia sagrada de la humanidad están hoy en peligro a causa de los desafíos culturales del mal llamado modernismo.

Detrás de esta actual cultura se halla el relativismo moral que cree no existen verdades morales y valores absolutos, y que nada es cierto, y que nada es falso. Disponemos en cambio de una ética acomodaticia y situacional --lo que es ético hoy no será ético mañana--. En el pasado se podía prevenir la llegada de la destrucción, de las hordas de infieles y de bárbaros. Se las podía contener en el límite en las fronteras. Pero las modernas técnicas de comunicación, como la Internet sobrepasan no sólo fronteras sino también las leyes, el liderazgo y todo lo que los pueblos, tradicones, culturas, países, gobiernos y religiones del mundo han dispuesto para prevenir la contaminación de sus sociedades.

Los líderes del mundo tienen que asumir la responsabilidad de contribuir a la reconstrucción de la familia, de la sociedad, de la nación y nosotras(os) jugamos un papel crucial para exigir esa responsabilidad, empujarla, influirla, cuestionarla y apoyarla. La cuestión es, ¿cómo puede esto ser logrado durante el proceso de globalización y mientras el mundo se mueve hacia la estandarización?. Hoy existe un impulso hacia la estandarización en todos los aspectos mediante acuerdos gubernamentales y multilaterales. Esto en algunos casos es positivo, en otros es harto cuestionable.
La O.N.U., por ejemplo, con el apoyo de los EE.UU. y de las principales naciones europeas, impulsan un pervertido concepto de los derechos humanos, y de la libertad --con el apoyo de relativistas morales y dirigidos por poderosas Organizaciones No Gubernamentales. Se pueden observar activos en conferencias cumbre en temas como el control de la población, ya sea en Río de Janeiro, Beijing, Estambul o El Cairo. Cumplen con agendas que algunos casos son una aberración para las personas religiosas o simplemente de conciencia, incluso para aquellas que no sigan ninguna religión, y para las personas que creen en ciertas normas universales de conducta y tradiciones que se han seguido durante milenios.

Dios necesita ser reinserto en el accionar esencial de la sociedad

Tenemos necesidad de reintroducir a Dios en el accionar esencial de la sociedad. La cuestión es, ¿Cómo podemos hacerlo? Ya que Dios ha sido echado a puntapiés de la vida cotidiana. Hoy día los creyentes en valores espirituales, las instituciones religiosas, las universidades religiosas y las personas religiosas están hoy como los relativistas morales solían estar hace 40 o 50 años, es decir, ubicados en la periferia y a la defensiva en el debate.

Yo no abogo por la desaparición de los relativistas morales. Ellos desempeñan un papel al igual que los ateos en nuestra sociedad. Les corresponde el cuestionar la irracionalidad de las religiones y las creencias. Pero no podemos permitir que un grupo prevalezca a expensas del otro, especialmente cuando se manejan ideas que han sido tan desnaturalizadas y que son destructivas. Voy a dar un ejemplo. Los relativistas morales en los EE.UU. en algunos estados han promulgado leyes que permiten que a jovencitas mayores de 12 años se les practiquen abortos sin el consentimiento o consulta de los padres. Las leyes asignan ciertos rubros presupuestales. Pero si el presupuesto del hospital resultara insuficiente debido a complicaciones, en esos casos se informaría a los padres para que se hagan cargo de los gastos adicionales y así se desembarazan de su responsabilidad. Este es el resultado de un concepto muy corrompido de la humanidad y de la condición femenina.
CONTINUARÁ....