sábado, mayo 28, 2011

Descubriendo nuevos mundos

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atenta a cualquier ruido sepulcral... del otro lado del espejo
[¡Arle!]... te diré así por darte un nombre que te concrete, por saber que grabar en tu cripta invisible, (ojala fuera real eso de ser lunático congénito) para atrapar el frío de esos mundos imposibles.


Me asustas con tu fragancia a canciones apiñadas (quizás solo sean muertos apilados) tantos consuelos acechando… llegaste ayer sobre la luna llena, girando y cabalgando en sus rayos ocultos, entre México y Argentina.


En estas letras te acercas a mí, con tu dolor de sangre de tantos siglos, con tus labios de navaja. …tu sigilo huele a muerte o a miedo de otra muerte, no se si la tuya o la mía. 

…al acercarme siento tus latidos y brilla algo intangible en tu nueva [triple] faz, [¿un hombre diferente?] arlequín apetecido.  …tocas mis suspiros y te vas de nuevo... 

(¿y porqué siempre te vas con la luna?)


Sí te quedaras, sí solamente soplara luz esta noche de plenilunio. Sí tras el telón del escenario no hubiera fondo, sino sólo dos manos llenas de caricias claras y resplandecientes... componiendo para la palabra amor el más maravilloso poema viviente, para no capitular jamás. 

Sí las sábanas de tu piel, (pavimento de mis entrañas), se abrieran sobre la ladera de mis montañas. Si el pedestal de tus deseos mirara con gesto suplicante a la sacerdotisa de rondas carmesíes...


…vuelven el sol y tu ausencia a herirme cada mañana con un sí, que quiere decir no, (no digan si, cuando quieran decir no) …calabozos disfrazados de futuro pinchan mis ojos con dudas arrogantes 

(¿son sus mundos o son mis sueños?) [¿una mujer diferente?] que apetece.


el eco lujurioso de los ríos que fermento se vuelven mi tormento, por eso sólo quiero arrojar mi cuerpo en la hierba de tu pubis potente. tu hermoso silencio es un túnel bajo mi piel, placer que no se hiela en el interior de tus misterios... que no daría yo porque un brazo tuyo se deslizara por debajo de mi vientre... 

por lo menos los estremecimientos de mis honduras ya no me causarían tanto miedo ni desasosiego y todo lo miraría distinto...


y renací... te mire galante, eterno transeúnte de mis cámaras secretas
apostado bajo el arco del placer triunfante (sí solamente excavaras en el fuego de mis entrañas) con la partitura de tus ojos penetrantes



…y vi tus ojos esconderse temprano en el espejo, haciendo clic en una hendidura que rueda en gotas de vida, al compás de taquicardias inyectando silencios y surrealismo. (sí, si es posible un hombre distinto, una mujer distinta, entonces, sin duda es posible un mundo distinto)


tenía que mirarte como un embajador de mi crepúsculo bajando del cielo... viví y aluciné desparramando, ahora soy crisálida respirando libertad sobre los senderos que me transportan a la cima de la vía láctea


porque vi en ti el arcano de dimensiones completas, trayéndome el mensaje de un nuevo cielo y una nueva tierra...


(...)

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