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Los sueños nos revelan pasiones ocultas
y los vaivenes de esa pasión pueden discurrir entre múltiples senderos
playas desiertas bañadas de lujuria
oasis paradisíacos
nevadas estepas
lagos salados
urbes de cristal y hierro
se presentan delante de nosotros
para hacer de los sueños odas inolvidables
sin ilusiones (después de todo así es como es)
duermes a la luz de una oscuridad cruda, pálida e invernal
y los sueños exaltados se echan a volar sin importar la furia del viento que los hace girar…
sin tomar en cuenta los azotes de la lluvia cayendo sobre el silencio...
todo es inefable
(aun los dolores más silenciosos)
el cielo, la cama , el infinito, el azar
buscando la errante luz tras el invisible velo
junto a mí vuelan un coro de arcángeles mendigos
esperando ingenuamente que despierte de mi ilusa urdimbre
o que el devenir del tiempo se pronuncie y deje todo sellado
los sueños son sólo sueños, nada hay que nos descifre su lenguaje
nada que nos hable a priori, de su simbolismo, de su fuerza
y es que hay sueños que de tan reales son sempiternos
y hay sueños flacos y sueños gordos, sueños traslapados de fantasía
que los suspiros del despertar difuminan en velado olvido
hay misterios que permanecen cerrados
secretos que se abren
o que el espíritu de la luz abre, y están los sin sentido
los que derruidos ofrecen sendas que ya no queremos pisar
de pronto es demasiado tarde, aunque pronuncien su nombre
y le llamen
prefieres aguardar, como si ya no fuera ése tu sueño
el exaltar sueños ignotos de cuatro dimensiones que dormidos se hacen exigentes con su doble filo,
supongo que para dar sentido al fulgor allá en el fondo
a la espera, de la decodificación de los códices
ángulo obtuso de laberintos y espejos anochecidos
y ya no basta con que se asemejen a lo real sin culminar
porque en este punto al cuatro se agregan seis
y el signo se pronuncia en diez dimensiones
y él se aparece con pasos que dan fuerza a lo que sueño
al gozo íntimo de hembra que sabe y encuentra en su piel
las trepidantes exaltaciones que salvan obstáculos
y el sueño se fracta en mil coloquios, multiplicado, y de este modo
lo tenemos todo...
o no tenemos nada.
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