lunes, julio 02, 2007

Dibujos

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Mi bolsa de tejer historias quedo vacía del ocioso rencor. Pensando en mis dominios, doblegando el estrés del golpe injusto. En el fondo un dibujo extraño de sendas secretas que requieren igual ánimo allá que aquí. Ecuánime. Todos los recursos se han agotado, la timidez, la astucia, la sinceridad, la insolencia, la gilipollez. Y llegas tú con tus visiones excelsas, oh increíble mar, desde el Ponto Euxino al neolítico de Nerja, a renovar bajo el vientre ovalado de la gaviota la fe en la justicia salada y la hermosura del mundo.

Gracias a ti tornasolado mar de rosas, a ti te sean dadas, tú que las tienes, bendita entre todas por un instante, pues no niegas ni halagas, sólo posas la ciega cabeza aromada, compenetrada de mis sentimientos, filo y herida de mi pueblo montañés. Mujer que el amor echo a ganar amigos de toda condición, dulce bosque fragante en la madrugada del alma, yaces como una ilusión en el hombro errabundo.

Frente al Cantábrico mar verdeazul y sus arenas rojizas, blanco de mis ojos aviesos y marrón litoral de irreparables deseos. Yo te acojo entre mis brazos, te mezo y celebro, criatura, quizá la última en el tesoro del Santander y luz del avaro piadoso.


Oh luz rosa del amanecer, letras divinas de quien ama en unidad enriquecedora y mística, oh dibujo de cielos lentos y profundos, oh gravitación del universo en la frontera del sueño y de la dicha terrestre. Antes que la memoria infiel y pordiosera nos borre, deja aquí tu nombre para escarmiento de lo voluble y la exaltación de las virtudes no pasajeras.


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