sábado, agosto 12, 2006

¡Quémame ya!

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Ed é súbito sera

Ognuno sta solo sul cuor della terra
traffito da un raggio di sole:
ed é súbito sera.

(Acque e terre, 1920-1929)


¡Quémame ya!

Quema mi alma atea
para que puedas quemarlo todo
quema mi cuerpo con una tea
quema toda mi bibliografía, pido
quema a Nietzshe y a Spinoza

que los hechos requieren algo más que palabras
de lo que ellos llaman clamores sin sentido
y una red atiborrada de reclamos y elegías
y un cuerpo tachonado de agujeros
que la vida requiere algo más que teorías

NAPALM ígneo y ondas de choque
no basta la soledad de un solo día
no basta mi rencor acumulado
ni los cuerpos entregados a la droga
o sacrificados al partido
un nuevo dios para perderme
que por nadie aboga
un culto muy inculto
para aborrecerlo todo

un más o menos ensombrecido duelo
puedes darme una cerilla,
un falo con aletas
una cesta de granadas
un juego de botones o un gatillo
quema las nubes que me nublan
quema mis creencias, las que tu crees
son sumisas, esas credenciales
que dan risa / que se erigen herejes
y sus verdades sin quemar ahí están

yo digo mentiras / me usas ilusa
quema mis deseos de libertad
quémame papá / extraviado en el diván
ahora que el fuego te consume
que aún no has sabido quien eres para mí
quémame lomo plateado
al estúpido macho dominante
que tú no has denunciado
quémalo ya.

No ves que ahora soy una roca
que no me pregunto que es la vida
quema capitales barajados, variados
fluyen en trágica farsa
irresponsabilidades sin límites
No me preguntes que es lo que sigue…

después que lo quemes todo – Nada-
tal vez mi cuerpo requiere esa nota
y hasta un poco de coca
y quedarme rodeada de un vacío
una caterva de palabras idiotas
tan conscientes como mis cenizas

Mi piel desnuda tras la ventana de tus ojos
con lentes oscuros sobre tu alma inexistente
abrasando mi existencia surrealista
la idea se doma o se quema
la idea que quema adora que yo sea su diosa
quemando mi osadía cada día, de mi lengua
enloquecida. Déjame un silencio sin esperanzas

Arráncame el dogma que creíste encontrarme
déjame sin código de barras
narcotizada por este fuego anárquico
que me diste como melodía
sin saber cuanto me dolía
que no quisieras entender mi fuego

que mi rebeldía no era un juego
de fanfarria y fantasía. No quiero mirarte airado
mirando lo que siento. ¡Quémame ya!
en tu dolor deja que arda mi silencio
para que no te sea indiferente
¡quémame ya!.


Y de pronto anochece

Cada uno está solo sobre el corazón de la tierra
traspasado por un rayo de sol:
y de pronto anochece.

(De tierras y aguas)